Habla Nina. Uno.

¿A todos nos pasa que escuchamos nuestra voz en una grabación y suena irreconocible? No, señor, esa que habla ahí no soy yo. "Voz de pito" diría mi abuela. Bueno, este dato no viene al caso. Es que mientras veía como mi prima de 15 posteaba las fotos que se saca frente al espejo del baño, pensaba en todas las cosas que uno piensa (oh, inception de pensamientos) pero no dice. Y en este tema tengo un doctorado: mi problema es la maldad. No quiero ser tan mala, pero a veces me nace un fuego interno que se compone de pura crítica barata condimentada con gotas de sarcasmo. Abro la boca y ¡pum! sale a la vida un comentario de esos que tedejanmalparada. Una vez estábamos en la radio de unos amigos y -micrófono abierto- le hice una apreciación poco feliz al conductor sobre la música que sonaba. Fíjate tú. No me quedan culpas, ahora él es policía.